domingo, 17 de noviembre de 2013

Todas las fuentes son interesadas, pero no quiere decir que digan mentiras


Hace poco me enviaron una noticia importante:

"Tras años y años de lucha contra los ataques informáticos en los ordenadores, ahora son las tabletas y los smartphones los principales objetivos de los cibercriminales. Actualmente el cibercrimen supone 12 víctimas al segundo y un millón al día...".

Siempre que leemos una afirmación de este tipo, tenemos que buscar la fuente.

En este caso, la fuente era el último informe sobre cibercrimen realizado por Norton.

Norton, ¿quién es? Una empresa que vende antivirus informáticos.

Y ahora viene la gran pregunta: ¿es fiable esa información?

Bueno, si de algo sabe Norton es de cibercrimen. No me imagino a Norton haciendo un informe sobre la pluviosidad en Kamchatka.

¿Y hay que creerse todo el informe?

Es un informe de un organismo con experiencia, pero 'interesado'. Interesado en meter miedo para vender sus antivirus.

¿Y es malo eso? No, necesariamente. Pero un periodista debería reflejar en su información que este informe puede ser interesado. Y para que su información sea creíble, hay que contrastarla con otra de una parte menos interesada, o imparcial.

Para comprobar que era una información interesada (no quiere decir mentira), así proseguía el artículo:

"Según la compañía de seguridad Norton, es preciso tomar una serie de medidas de seguridad:

- Protege tus archivos, tanto en ordenadores como en smartphones y tabletas.

- Cuidado con los dispositivos móviles: Los smartphones son el nuevo blanco del cibercrimen.

- Precaución en la nube: es más fácil atacar archivos que se encuentran en las soluciones de almacenamiento online. Cuidado con las personas que tienen acceso a esos contenidos. Lo más recomendable es utilizar una solución de seguridad para protegerlos.

- Las redes WiFi abiertas son las más vulnerables. Evita gestiones sensibles como consultas bancarias o compras online desde conexiones Wifi gratuitas o abiertas.

- Después de la conexión, revisa todo. Es recomendable echar a menudo un vistazo a los movimiento bancarios y de la tarjeta de crédito por si se encuentra alguna actividad sospechosa".

Resumen, la clave está en la frase "lo más recomendable es utilizar una solución de seguridad". O sea, un antivirus. No dice que sea Norton, pero ahí queda eso.

Toda información siempre tiene una fuente de interés. Toda. No quiere decir que sea una mentira.

Pero el periodista debe analizar si es digna de ser publicada y hacerlo con las prevenciones necesarias.



domingo, 3 de noviembre de 2013

Dos formas de comenzar el mismo reportaje: ¿cuál te engancha más? ¿Por qué?


foton


Atentos a este reportaje sobre Glenn Greenwald.


¿Y si en el origen de uno de los mayores casos mundiales de espionaje no hubiera más que una gran pena de amor? Es muy posible que nadie hubiera oído hablar jamás de Glenn Greenwald, ni del vasto programa de vigilancia electrónica llevado a cabo por Estados Unidos y cuya existencia él reveló, si no hubiera ido a curarse una pena de amor a Brasil.
Al llegar a Río se acercó con su perro (¡hoy tiene 14!) a la mítica playa de Ipanema. “Acababa de romper una relación de 11 años y lo último en lo que pensaba en aquel momento era en conocer a alguien”, recuerda hoy con aire divertido.
Sin embargo, el destino quiso otra cosa. O, mejor dicho, una pelota de voleibol le cambió el destino. Y con el suyo, el de la NSA, la poderosa agencia nacional de seguridad de Estados Unidos, puesto que Greenwald acabaría convirtiéndose en su más feroz enemigo. Pero eso vendría más tarde.
En aquel día de febrero de 2005, Glenn Greenwald cruzó la mirada con la de David Miranda, que se había acercado a recuperar la pelota extraviada y aterrizada a sus pies mientras se tomaba un té helado. Como ocurre en el cine, “el flechazo fue inmediato”. Sin embargo, todo separaba al abogado estadounidense de 38 años y a David, de 20, “un huérfano criado por dos tías alcohólicas en una favela de Rio”, cuenta Gleen Greenwald con un punto de orgullo. (El País, 25 de octubre de 2013, versión traducida del original de Le Monde).

Otro comienzo.
En el medio de una frondosa selva tropical, la banda sonora son grillos, ranas, el viento agitando los bananales y el ladrido desesperado de 10 perros que no paran de juguetear alrededor de sus amos, Glenn Greenwald y su marido, David Miranda. Escogieron un retiro salvaje, aislado pero muy cerca del centro de Río de Janeiro, para compartir su vida y los secretos de Snowden, que circulan entre los numerosos ordenadores que utiliza para ir filtrando las informaciones de la NSA a medios de comunicación de medio mundo. 
El entorno tiene muy poco que ver con el paisaje de Nueva York, donde nació en 1967, o de los suburbios de Florida, donde fue criado en una familia de clase media-baja por un contable y una cajera de restaurantes –sobre todo de un McDonald’s– que se divorciaron cuando él tenía siete años. 
Su abuelo Lewis, que fue concejal de Lauderdale Lakes, fue uno de sus principales referentes para que hoy se haya convertido en un férreo defensor de las libertades civiles, lo que hizo que Snowden se fijara en él para compartir los documentos que comprometerían el espionaje de EEUU en todo el mundo. «Siempre luchó contra los más poderosos, por eso me inspiró». De hecho, no sólo le inspiró, sino que, cuando se jubiló, Lewis quiso que su nieto, de 18 años, ocupara su lugar. Se presentó sin partido y se quedó a las puertas de entrar en el juego político, pero hoy está satisfecho de no haberlo hecho. (El Mundo, 25 de octubre de 2013).
Ambos son buenos comienzos, pero el primero emplea la técnica de la intriga, o el desarrollo en espiral. El lector va descubriendo una verdad escrita con cuentagotas, poco a poco. Y a medida que termina una frase, se pregunta, ¿cómo es eso? Ah, entonces ¿se enamoró de un hombre? ¿Qué le angustiaba?
El segundo texto, sin dejar de ser bueno, no intriga. Parece más bien escrito para una enciclopedia. 




sábado, 26 de octubre de 2013

Los mejores trucos para escribir: un manual de ayuda rápida para todos


¿Existen reglas para transformar una frase correcta en una frase sorprendente? ¿Qué trucos usan algunos columnistas para despertar admiración? ¿Cómo resumir un rollo aburrido? ¿Por qué algunos textos científicos nos resultan estupendos? ¿Se pueden convertir las abstracciones en imágenes luminosas? ¿Hay fórmulas para inspirarse? ¿Cómo se escribe un discurso rompedor?

Estas dudas no las resuelven los manuales de ortografía española. Tampoco aparecen en Google aunque escribamos ‘trucos para escribir mejor’.

Pero sí salen en este libro que acabo de escribir llamado Trucos para escribir mejor.

Buena parte de este libro es fruto de los problemas de escritura planteados por mis alumnos en el máster de Periodismo de El Mundo y de la Universidad Europea de Madrid, así como de los alumnos de los másters de Comunicación en EAE y Cesma. En estas páginas, además, hay muchos años de trabajo en medios de comunicación.

Para escribir este libro me he fijado en la magia de los mejores periodistas, en las técnicas literarias, en los discursos históricos, y hasta en las técnicas del dibujo y de la música. Incluso en los guiones de cine y televisión.

Los capítulos son cortos. El libro se lee con rapidez. Está lleno de trucos y ejemplos sencillos porque creo que todos buscamos consejos, no lecciones de gramática.

En las últimas páginas, he resumido nuestros tropiezos más habituales con la ortografía y la sintaxis. Por increíble que parezca, esos errores siguen persistiendo incluso entre personas que escriben muy bien.

Trucos para escribir mejor solo se encuentra en la librería electrónica Amazon. He hecho mi pequeño experimento: subirlo a Amazon con el título, el tamaño y el diseño que yo deseaba. Y encima con el precio que yo quería: unos 0,89 euros, el más bajo que permite esa librería on line, para hacerlo asequible a todos.

El libro está hecho para cualquier Kindle, para iPad, iPhone, PC o portátil, así como para cualquier dispositivo electrónico o tablet de Android. Por ahora, no está en versión de papel.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Las reglas que distinguen a un periodista de internet de uno que escribe para el papel

Es el viejo debate en las redacciones.  Periodistas papel vs digitales

¿Hay realmente diferencias entre los periodistas que escriben para el papel y los que escriben para internet?
Estas son las reglas que debería seguir un periodista de internet. Salta a la vista lo que le distingue del 'viejo periodismo'.

  1. Escribe corto y ve al grano: los lectores de internet tienen menos paciencia que los de papel. Oraciones cortas y párrafos cortos.
  2. En los temas candentes, escribe varias versiones: la primera que sea un flash, por ejemplo, "dimite el Gobierno de Francia". Mételo en redes sociales inmediatamente. Y luego, ve ampliando la noticia y corrigiendo erratas.
  3. Añade fotografías y videos: los CMS (los sistemas editoriales) te permiten meter en medio del texto, al principio o  al final, toda clase de imágenes fijas o móviles. En caso de los videos de YouTube debes copiar e insertar el código del video (usando html) en tu artículo. Se llama embeber. A veces, tienes que cambiar el ancho del video: entra en el código html y cámbialo. Es coser y cantar.
  4. Llena tu artículo de enlaces: los enlaces salen subrayados y si el lector pincha en ellos, se va a otro artículo que le puede ampliar la información, y que puede ser una fuente (por ejemplo, el CSIC) u otro periódico. Así trabajan todos los periodistas de lainformacion.com
  5. Introduce noticias de tu propio medio: en los márgenes o en la parte inferior, añade artículos de tu propio medio para ampliar la información. 
  6. Introduce noticias en medio del texto: entre dos párrafos, puedes meter un artículo entre corchetes con este encabezamiento: [Te gustará leer también...]
  7. Firma arriba con tu nombre en Google Author. Y arriba o abajo, con tu avatar en Twitter.
  8. Cuando vayas a contar algo, piensa qué es mejor: ¿texto corrido o bolitos como este post? Acostúmbrate a los bolitos, las listas, las numeraciones, las cronologías...
  9. Las fotogalerías con buenos pie de foto han demostrado ser una nueva forma de narrar: úsalas en lugar de largos textos corridos.
  10. Una sola foto bien escogida puede tener más impacto (y visitas) que un artículo. Toma fotos por la calle con tu móvil y súbelas con un buen comentario.
  11. Destaca con negritas las palabras más importantes.
  12. En los grandes acontecimientos, empieza tu titular con las palabras clave que la gente está buscando en ese momento. No es difícil saberlo. Si hay elecciones en Cataluña, pon en Google "elecciones...." y verás que el buscador te añade todas las que salen. Escoge la primera cadena de palabras para Cataluña y titula por ahí: "Elecciones Cataluña 2012: primeros resultados".
  13. Si tienes una buena historia, y te extraña de que no haya triunfado, cambia el titular por uno con más garra.
  14. Usa las redes sociales para divulgar tus artículos: por la mañana, la tarde, la noche y otra vez al día siguiente. Si puedes, ábrete una cuenta en meneame.net y lanza tu artículo por ahí. 
  15. Sigue la evolución de tu artículo en Google Analytics: verás cuánta gente entra al segundo, a qué hora, de qué país, por qué medio y en qué dispositivo. Aprende a sacar conclusiones y a corregir tus errores.
  16. Consulta Google Insight para saber cuáles son las tendencias: puedes incluso captar las tendencias anuales y preparar artículos con antelación. Es una de las razones del éxito de Practicopedia.
  17. Vuelve a usar ese artículo que escribiste hace un año. Actualízalo, cambia la fecha y publícalo. Avisa al lector de la fecha de origen si crees que hay confusión.
  18. Trata de conocer las nociones básicas del lenguaje html: te permitirá partir titulares, ampliar el tamaño de los videos y resolver cuestiones sencillas sin necesidad de molestar a los técnicos (total, no vas a comprender lo que te dicen). 
  19. Si consigues una gran exclusiva o tienes el super-reportaje, todo lo anterior pasa a segundo plano.
(Este artículo lo subí al blog 233grados de lainformacion.com)

domingo, 18 de noviembre de 2012

Cómo mantener la intriga en un largo reportaje

Os pido que imaginéis esto:

El redactor jefe pide que escribamos la historia de Micah True, un corredor de maratones de unos 60 años que se perdió en uno de sus habituales entrenamientos solitarios y que fue encontrado muerto por sus amigos, cerca de un arroyo.

¿Cómo organizamos este extenso reportaje de 3.000 palabras?

En principio parece fácil. Micah True tiene todos los ingredientes para cocer un buen reportaje: medio hippy en su juventud, llegó a vivir solo y alimentarse de papayas. Organizó carreras en las que el mundo, conoció a los increíbles indios tarahumaras, unos corredores insólitos. Para Micah, el hecho de correr era una liberación, un estado del alma. Era un bicho raro.

Todos contaríamos la historia desde el final, es decir, revelando cómo lo encontraron muerto.

Pero si lo hacemos, el lector dará vuelta a la página. ¿Cómo podemos mantenerle pegado hasta el final de esta extraordinaria historia?

El autor de este reportaje publicado en The New York Times y en EPS (semanal de El País) empleó la intriga.

Atentos. Lo hizo así. Primero empezó con este párrafo:

"Un martes por la mañana de finales de marzo, Micah True salió solo a correr por los escarpados caminos de Gila Wilderness (Nuevo México, Estados Unidos). El sábado aún no se había vuelto a saber nada de él. Llevaba unos pantalones cortos, una camiseta y unas zapatillas de correr. Por la noche se alcanzaban los seis grados bajo cero. Durante tres días, los equipos de rescate habían rastreado el terreno a pie, a caballo y desde el aire".

Pero no revela el triste destino de Micah sino que recompone su vida. En los primeros párrafos prosigue como si estuviera reviviendo la historia en tiempo presente, intercalando declaraciones de los que intentan rescatarlo. Es decir, lo que en cine vendría a ser narración con flash backs.

Luego, nos presenta poco a poco a Micah True: 58 años, personaje mítico, apodado Caballo Blanco, lo que comía, dónde vivía (quería estar cerca de los indios tarahumaras a los que admiraba), el libro que se escribió sobre él en 2009...

El narrador intercala de nuevo la búsqueda, que prosigue sin éxito. Allí estaban sus amigos como Ray Molina, Jessica Haines, Dean Bannon...Todos tratan de saber qué le ha pasado. Nosotros, los lectores, estamos intrigados esperando el momento del terrible hallazgo. Ya nos hemos enamorado del personaje.

Luego, el reportero explica por qué se llama Micah True. Es el nombre que él se puso. Se llama Michael Randall Hickman. De padre católico y conservador, él se inclinó por la contracultura de los sesenta. Rubio, alto, con melena, un día se aficionó a las carreras de resistencia y los maratones. Sufrió lesiones, entrenaba en las Rocosas...

En una ocasión, se apuntan a esas larga carreras que él organizaba unos indios en alpargatas. "Eran bajitos y algunos parecían muy viejos". La carrera tenía una distancia de 160 kilómetros. Ganaron los indios.

Micah empieza a estudiarlos. Se enamora de su forma de correr, de su resistencia, se va a vivir cerca de ellos. El reportero no revela el final de Micah hasta la última parte. Pero no en el último párrafo. ¿Cuándo?

Si pudiéramos dividir el reportaje en cinco partes, digamos que lo revela al principio de la quinta. Sería un poco tramposo hacerlo en la última línea. ¿Por qué? No lo sé muy bien, pero sé que en las escuelas de Escritura Creativa se dice que hay que evitar los finales sorpresa que aparezcan en la última línea.

Como dije antes, el reportero lo revela mucho antes: los rastreadores descubren una camisa, se acercan, ven el cadáver boca arriba, las moscas revoloteando. A partir de ahí, el autor describe la tristeza del hallazgo, el dolor de sus amigos, el traslado del cuerpo en burro, la acampada que tienen que hacer a medianoche para descansar: el cielo, plagado de estrellas... comieron tortillas... intentaron contener su tristeza... se pusieron a contar historias de Micah.

Creo que ese es el homenaje más bello que podemos hacer a nuestros amigos fallecidos. Recordarles contando historias sobre ellos.

Y este es el cierre. Majestuoso.

"Micah True murió mientras corría a través de los maravillosos caminos de Gila Wilderness. Muchos de sus mejores amigos acudieron a buscarle siguiendo sus mismos pasos por los magníficos cañones, los bosques y los arroyos, gritando una y otra vez su nombre".

Esa es la técnica del suspense. Mantener al lector pegado a la historia hasta el final. Despertar emociones.

Me habría encantado escribir esta historia.

Conocí la noticia de la muerte de Micah hace varios años.  Me quedé impresionado y pedí a uno de mis reporteros que la contara.

Ahora la he vuelto a recordar con este bello reportaje de El País Semanal, que procede de Barry Bearak, del NYT (traducido por Virginia Solans). Se titula. "Correr a muerte". (No hay enlace).

Bien hecho.Un estupendo homenaje a Micah.
(Otro día hablaré de cómo hacer buenos 'cierres' en los reportajes).

sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Por qué los periodistas ya no hacen preguntas incómodas?


Seguí casi toda la retransmisión de la rueda de prensa donde se presentaba el informe sobre el agujero de la banca. Fue le viernes 28.

Según explicaron el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, y el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, el informe realizado por Oliver Wyman tenía "un rigor sin precedentes". Se referían a que habían intervenido 400 auditores, de las cuatro prestigiosas firmas internacionales de auditoría, que habían manejado multitud de informes inmobiliarios.

Aquella misma mañana, la Audiencia Nacional había abierto una investigación a una de esas auditoras  por no anticipar el descalabro de la CAM, la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Y esta auditora, llamada KPMG, era según Restoy, una de las prestigiosas firmas que había participado en la elaboración del informe sobre el agujero de la banca.

Ningún periodista, que yo recuerde, fue capaz de hacer la pregunta pertinente: "Señor Restoy, ¿qué grado de fiabilidad tiene ese informe cuando una de las firmas que interviene está siendo investigada por la Audiencia Nacional sobre una actuación que afecta a ese informe?".

¿Qué le pasa a los periodistas? ¿Se han olvidado de hacer preguntas incómodas?

Jon Lee Anderson critica ese periodismo

Eso se lo pregunta Alfonso Armada a Jon Lee Anderson en una entrevista que hoy publica ABC. Anderson, corresponsal de guerra, reportero de The New Yorker y veterano con medallas, responde:

"Yo lo llamaría el síndrome de la Casa Blanca. Si te destinan como corresponsal en Washington –y me imagino que es lo mismo en La Moncloa- tú tienes que ponerte en la lista de los corresponsales que tienen acceso a la Casa Blanca. Ahí hay todo un protocolo. Luego sale el hombre y tú tomas notas. Luego están las posibilidades que tú tengas de entrevistarte con el hombre, con el presidente, o con los portavoces entre bambalinas. O que seas beneficiado por sus filtraciones. Pero si tú de pronto comienzas a ser crítico no te van a seguir filtrando noticias, no vas a entrar en los círculos del poder, a las copas después de la conferencia de prensa. En general hay un síndrome que se crea alrededor de todos los centros de poder y es que los hombres y mujeres que lo cubren tienden a atomizarse y a convertirse en cortesanos del poder. Es algo muy normal. Y por eso nosotros, el público, los ciudadanos, no estamos bien servidos por los periodistas que están destacados en los principales centros del poder. Y es cierto que han dejado de hacer las preguntas difíciles. Cuando vi a Ahmadineyad en el programa de Larry King en la CNN me pareció repugnante".


martes, 14 de agosto de 2012

Trucos del entrevistador para revelar la personalidad del entrevistado....

Tarde o temprano, todo periodista tiene que entrevistar a un personaje atrabiliario, insoportable, raro o engreído.

Cuando llega la hora de poner eso en un papel (hablamos de periodismo escrito no audiovisual), el entrevistador puede empezar su artículo con un resumen donde diga 'este personaje tiene muy malas pulgas' (lo cual no es muy profesional), o bien darlo a entender de otra forma.

En esta ocasión, este periodista de El Mundo escogió la fórmula de ponerse él mismo en ridículo para mostrar la personalidad 'cabreada' del entrevistado. El periodista emplea los corchetes para reflejar sus emociones. Y usa las preguntas para exponer sus miedos.  Atentos a esos contenidos.

Me he reído mucho. Ejemplar. 

Darío Prieto entrevista a Arturo Pérez-Reverte. Lunes 14 de agosto de 2012.

"Internet es el triunfo de la estupidez"

En un hueco entre los 30.000 volúmenes de su biblioteca, Pérez-Reverte escribe su nuevo libro, un proceso que va contando en novelaenconstruccion.com. ¿Es un suicidio meterse en la guarida de un hombre poco amigo de las tonterías? Veamos.

Pregunta.- ¿Echaría de menos algo si desapareciese el periodismo? 

Respuesta.- Te aseguro que las entrevistas no las echaré de menos. 

P.- ¿Ve ahora mucho capullinski? 

R.- Hay quien viaja y hace cosas que merecen la pena, pero vivimos en un mundo tan artificial y tan falsamente seguro que la gente piensa que puede irse a una guerra y no pasa nada. Y cuando pasa, lloran y tiene que ir el ejército a sacarles. Hay esa tendencia a llamar a mamá, ese eterno ignorar el iceberg del Titanic. 

P.- Es un ídolo de Twitter. 

R.- Quizá me va bien porque no le doy trascendencia. Por eso considero una aberración cuando sacan titulares de mis tuits. Igual que es imposible meter una novela en Twitter. 

P.- Todavía se recuerda su lío con Moratinos. 

R.- Recibo palos y aplausos. Es muy divertido: ese cruce de trolls, amigos, bronca y del bobo que no entiende nada está muy bien para un rato. Pero Twitter no es un lugar para vivir permanentemente. 

P.- ¿Qué le parecen los vídeos de gatitos en internet? 

R.- Me da igual que se busquen gatitos o perritos. También me gustan los perros. Lo que pasa es que internet es el triunfo de la estupidez. Su problema es que no discrimina y, al lado de un pensamiento de Eco o Vargas Llosa te encuentras una tontería de un analfabeto que compite en espacio con ellos. Ojo: no estoy despreciando internet; sólo digo que he intentado que no me haga falta. 

P.- Hablemos de la virilidad en su obra, del arrojo de Alatriste y... 

R.- Perdona: ¿Me estás definiendo Alatriste así? 

P.- Errr... No, es sólo una parte... 

R.- ¿Y los Episodios nacionales de Galdós? ¿Y La isla del tesoro? 

P.- [Voz temblorosa] Yo m-me refería al estereotipo de literatura viril. 

R.- No te entiendo. Ponme un ejemplo de literatura viril. 

P.- [Sudores] El club de la lucha. 

R.- No lo he leído. Otro. 

P.- [Más sudores] Errr... El Arthur Gordon Pym de Poe. 

R.- ¿Me estás diciendo que alguien afirma que Alatriste es literatura aguerrida? Eso es que no lo ha leído. 
No sé dónde quieres llegar. 

P.- [Risa nerviosa] Yo sólo q... 

R.- Alatriste es el libro más amargo, antipatriota y antimilitar que se ha hecho nunca sobre un personaje de la historia de España. ¿Dirías que La Iliada es un libro viril? 

P.- [Soltando un gallo, con voz aflautada] No. 

R.- Pues posiblemente sea el más viril de la historia de la literatura. Creo que te has metido en un jardín. 

P.- [Aclarando la voz] ¿Dónde íbamos? Ah, sí: circula por ahí un texto suyo de 1998 vaticinando la crisis.

(Sigue mucho más...)