sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Por qué los periodistas ya no hacen preguntas incómodas?


Seguí casi toda la retransmisión de la rueda de prensa donde se presentaba el informe sobre el agujero de la banca. Fue le viernes 28.

Según explicaron el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, y el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, el informe realizado por Oliver Wyman tenía "un rigor sin precedentes". Se referían a que habían intervenido 400 auditores, de las cuatro prestigiosas firmas internacionales de auditoría, que habían manejado multitud de informes inmobiliarios.

Aquella misma mañana, la Audiencia Nacional había abierto una investigación a una de esas auditoras  por no anticipar el descalabro de la CAM, la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Y esta auditora, llamada KPMG, era según Restoy, una de las prestigiosas firmas que había participado en la elaboración del informe sobre el agujero de la banca.

Ningún periodista, que yo recuerde, fue capaz de hacer la pregunta pertinente: "Señor Restoy, ¿qué grado de fiabilidad tiene ese informe cuando una de las firmas que interviene está siendo investigada por la Audiencia Nacional sobre una actuación que afecta a ese informe?".

¿Qué le pasa a los periodistas? ¿Se han olvidado de hacer preguntas incómodas?

Jon Lee Anderson critica ese periodismo

Eso se lo pregunta Alfonso Armada a Jon Lee Anderson en una entrevista que hoy publica ABC. Anderson, corresponsal de guerra, reportero de The New Yorker y veterano con medallas, responde:

"Yo lo llamaría el síndrome de la Casa Blanca. Si te destinan como corresponsal en Washington –y me imagino que es lo mismo en La Moncloa- tú tienes que ponerte en la lista de los corresponsales que tienen acceso a la Casa Blanca. Ahí hay todo un protocolo. Luego sale el hombre y tú tomas notas. Luego están las posibilidades que tú tengas de entrevistarte con el hombre, con el presidente, o con los portavoces entre bambalinas. O que seas beneficiado por sus filtraciones. Pero si tú de pronto comienzas a ser crítico no te van a seguir filtrando noticias, no vas a entrar en los círculos del poder, a las copas después de la conferencia de prensa. En general hay un síndrome que se crea alrededor de todos los centros de poder y es que los hombres y mujeres que lo cubren tienden a atomizarse y a convertirse en cortesanos del poder. Es algo muy normal. Y por eso nosotros, el público, los ciudadanos, no estamos bien servidos por los periodistas que están destacados en los principales centros del poder. Y es cierto que han dejado de hacer las preguntas difíciles. Cuando vi a Ahmadineyad en el programa de Larry King en la CNN me pareció repugnante".


1 comentario:

SystemsThinking dijo...

Excelente artículo. Esta es una inquietud que todos debemos tener. No teníamos más alternativa que el Cuarto Poder que ahora mismo, en España, se ha convertido en el Primero. Malos tiempos si añadimos la crisis por las que pasa la profesión. Nadie puede negarse a jugar a la verdad sino te dejan sin trabajo. Esto se ve claramente en los programas de análisis político en La Cuatro o en La Sexta.